Domingo 24º Tiempo Ordinario

 "Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano?"   Mateo 18, 21-35

El Evangelio es realmente una carta de la vida y para la vida. En Él se contienen esas enseñanzas que nos llevarán a la verdad, a la coherencia, y así, a la felicidad conquistada y compartida.

Jesús ejercía su ministerio y, en más de una ocasión, no necesitaba grandes auditorios para adoctrinar a los suyos. Hoy es esa  ocasión. Pedro le hace una pregunta, está interesado en que el Maestro le instruya y le ayude a caminar en rectitud, aunque parece que le insinúa que se lo ponga un poco fácil, y le orienta para ello con el tema de la cantidad. Sin embargo, Jesús está por encima de números en cuestión de amor y relaciones fraternas…

Pedro, no hay número, sencillamente tienes que perdonar siempre. A continuación viene esa historia que todo buen oriental quiere oír para entender mejor. Y, Jesús, Tú eres Maestro en este arte, porque sabes la importancia que tiene para nuestra torpe inteligencia  la claridad del ejemplo.

¿No sentimos rebeldía viendo la postura del siervo sin entrañas? ¿No sentimos admiración por el siervo que pide compasión humildemente y por el amo que regala esa compasión? ¿No sentimos dolor por el siervo que no es comprendido ni escuchado en su dolor? Pues es ahí donde Jesús lleva a Pedro, y también a nosotros, cuando tengamos que echar cuentas para ver hasta dónde debe llegar lo ancho, lo profundo y lo extenso de nuestro amor: Será el amor la medida del perdón.

Poner el corazón al lado del hermano, hacer nuestro lo suyo, pensar qué haría Jesús en nuestro caso y aplicar su medida, será la regla de oro que no nos fallará.

"La medida del amor es amar sin medida"

San Agustín. De la Vida Cristiana. Proemio.

Publicada el 16 Sep 2017