Domingo 32º Tiempo Ordinario

Mateo 25,1-13: "Ya está aquí el esposo"

Pasa la vida, se desgranan las cuentas de su rosario y entre los dedos se nos escapan los días. Jesús hoy nos acerca con esta parábola a la historia de la fidelidad personal y también compartida.                                   

¿Cuál ha de ser el oficio de la esposa sino tener atento su corazón a la espera de la llegada del esposo? y ¿cuál la actitud de la esposa sino permanecer vigilante auscultando con atención todos los signos de su llegada? y ¿cuál su tarea, sino la dedicación primorosa a los quehaceres que sabe son del agrado del esposo?

Ejercitar la escucha y la mirada, intuir su presencia y  desearla  y cuidar el espacio que ha de ocupar el dueño de la casa; es la gacela que aguarda  al cervatillo del Cantar.

¡Qué bien acompañada la virgen que cuida su virginidad en la fraternidad vigilante! Caerá en su debilidad y se adormecerá por el cansancio del camino, pero recibirá la fuerza de la comunión y podrá escuchar la Voz del Amado.

Jesús, Tú sabes que mantener encendida la lámpara es un trabajo de amor. Todos estamos llamados a vivir en la espera vigilante para recibirte. ¿No eres Tú ese Esposo de nuestras almas? ¿No es el fin último del hombre poder responderte cuando vengas a recoger sus frutos?

Hoy quiero pensar que no formaré parte de las vírgenes necias, que sí me reconocerás cuando te acerques a ver el libro de mi vida y que con amor infinito tomarás la lámpara de mi corazón donde, día a día, he ido depositando mis gotitas de aceite para mantenerla encendida. ¡Cómo me gustaría ofrecerte una preciosa lámpara llena de luz! Mi deseo es grande  pero aún más mi pobreza, por eso te pido que cuides ese barro de mi humanidad para que pueda ofrecerte su ilusión naciente, su fervor constante, sus centelleos débiles, pero siempre, siempre, el ardor de su fidelidad. Entonces Jesús, en ese supremo instante, recíbeme porque tendremos tantas cosas que decirnos… ¡Estoy tan llena de gratitud contigo…!

"Descanso de las ocupaciones ordinarias

y mi alma se sumerge en el amor divino"

San Agustín. Coment. Evang. San Juan.

Publicada el 12 Nov 2017